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Consolidan campesinos movimiento agroecológico

Quién le iba a decir a Genobebo Hernández Villazón que la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Rafael Saroza, presidida por él en el lomerío trinitario de El Algarrobo, iba a ser visitada por indígenas venezolanos para beber de la rica experiencia acumulada en breve tiempo por los campesinos integrados al movimiento agroecológico?
Y es que sin darse cuenta esta unidad agrícola se ha convertido en un laboratorio, por el grado de excelencia alcanzado en la aplicación de diversas técnicas encaminadas a preservar el suelo de la erosión que causa la lluvia en la montaña, más que en ningún otro lugar.
El renglón fundamental allí es el café, pero hoy adquieren un gran peso también otros cultivos como parte de la diversificación de la producción, sobre todo los frutales, entre los que se destacan la piña y el aguacate, así como el plátano, con los cuales forman las llamadas barreras vivas, al margen de que además aprovechan los gajos de los árboles que talan para formar las barreras muertas.
Aunque las 20 cooperativas del municipio se encuentran en fase de consolidación de este empeño, aparte de ésta sobresalen igualmente la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 13 de Marzo y la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Romelio Cornelio de Caracusey, ambas dedicas a los cultivos varios y la ganadera, así como la CCS José Mendoza, ubicada en el linde de la ciudad de Trinidad, por la zona de La Barranca.
Pero este movimiento, que en toda la provincia constituye un logro de los agricultores pequeños, guarda muchos secretos asimismo en el municipio de Fomento. Ana Esther Sánchez, la presidenta de la ANAP allí, afirma que el productor cafetalero Pedro Ramos, de la zona de Jíquima, es una autoridad en la preservación de los suelos quebrados de la serranía.
En su finca se defiende a capa y espada cada gramo de tierra que compone la capa vegetal, con “tranques” y barreras vivas, en este último caso a partir de la siembra de plantas rastreras como el nescafé, que tiene la virtud, además, de fijar el nitrógeno del aire que le sirve de abono verde a los cafetos. De igual forma se destaca en la siembra de plantas con olores repelentes a las plagas como el árbol del Nim, la albahaca y la “flor de muerto”, forma ecológica y económica de lucha biológica.
La CPA Nueva Unión, como asociación colectiva de los campesinos, constituye un ejemplo a imitar en la aplicación de todas estas variantes de conservación de los suelos y la diversificación de las producciones, aunque en todo el macizo montañoso del Escambray (Guamuaya) espirituano los campesinos trabajan igualmente en la reforestación de las cuencas de ríos, arroyos y embalses artificiales.
Según las estadísticas de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en la provincia, suman miles los productores incorporados al movimiento agroecológico en cuyas fincas, también se elaboran abonos orgánicos con residuales de cosechas y estiércoles de ganado vacuno, equino, ovino-caprino y de otros animales domésticos como el conejo y las aves; compuestos que fertilizan la tierra y mejoran la estructura física de la capa vegetal, todo lo cual contribuye a tener con el paso del tiempo un medio ambiente más limpio y saludable, libre de elementos contaminantes.


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